Las varices afectan a casi el 50 por ciento de los adultos de mediana
edad. Las venas subcutáneas de las piernas son las venas más comúnmente
afectadas, debido a la permanente presión gravitacional que se ejerce sobre
ellas. Cuando las tenemos por períodos prolongados, la presión en la vena
puede aumentar hasta 10 veces.
Las mujeres se ven afectadas cerca de cuatro veces más que los hombres, y
el embarazo aumenta la aparición de las venas varicosas. Las personas
obesas tienen un riesgo mucho mayor, y el riesgo para todas las personas
aumenta con la edad debido a la pérdida de tono de los tejidos, la pérdida de
masa muscular y debilitamiento de las paredes de las venas.
En general, los daños son pequeños si la vena involucrada está cerca de la
superficie. Seria más grave si las venas afectadas estuvieran más
profundas en la pierna. Este tipo de variz puede conducir a
problemas tales como tromboflebitis, embolismo pulmonar, infarto de miocardio y
accidente cerebro vascular. El diagnóstico se realiza por los signos y
síntomas clínicos y de diagnóstico de ultrasonido.
Cómo evitar un tratamiento con cirugia
La terapia conservadora, que se describe a continuación, se debe emplear lo
antes posible para los pacientes con venas varicosas. Se puede detener la
progresión y evitar la necesidad de una terapia más agresiva, es decir, la
cirugía.
Dieta alta en fibra y mucha agua. Una dieta alta en
fibra, rica en vegetales, frutas, legumbres y granos favorece el peristaltismo,
una sucesión de contracciones musculares que se originan en su tracto
digestivo. Si padeces de estreñimiento debido a una dieta baja en fibra,
te aumenta la presión en el abdomen, te puedes acabar obstruyendo el flujo sano
de la sangre a las piernas, lo que debilita las paredes de las venas con el
tiempo y te puede causar varices en las piernas y
hemorroides.
Los flavonoides. bayas de espino, cerezas, arándanos, grosellas y moras son
beneficiosos en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Estas
bayas son fuentes muy ricas de proantocianidinas y antocianidinas, los flavonoides
se destacan por su capacidad para mejorar la función y la integridad del
sistema vascular.
Otras fuentes ricas en flavonoides incluyen alforfón ( Fagopyrum
esculenhtum) y extractos de semilla de uva o corteza de pino. El
flavonoide único más útil es la diosmina micronizada, que ha
demostrado grandes beneficios en la cicatrización de las venas varicosas y arañitas.
Castaño de Indias. Las semillas del árbol de castaño de indias
( Aesculus hippocastanum) ha sido valorado por siglos por su
capacidad para mejorar las venas varicosas. Este uso histórico en última
instancia, ha llevado al desarrollo de preparaciones tópicas y orales con
beneficios clínicos confirmados para estas condiciones.
El gotu kola. Cuando se administra por vía oral, un extracto de gotu kola
( Centella asiatica) que contiene 70 por ciento de ácidos
triterpénicos (ácido asiático y asiatoside) ha demostrado resultados clínicos
impresionantes en el tratamiento de la insuficiencia venosa de las extremidades
inferiores.
Rusco. El rizoma de rusco arbusto ( Ruscus aculeatus) tiene una
larga historia de uso, sobre todo en Europa, en el tratamiento de trastornos
venosos como las
venas varicosas. Los ingredientes activos en el rusco son
ruscogeninas. Estos compuestos han demostrado una amplia gama de acciones
farmacológicas, incluyendo efectos anti-inflamatorios y tónico sobre los vasos
sanguíneos.
Bromelina y otros compuestos fibrinolítico. Las personas con este problema tienen una
menor capacidad para descomponer la fibrina, una fibrosa, nonglobular proteína
implicada en la coagulación de la sangre. Esto es importante porque la fibrina
se deposita en el tejido próximo a las venas afectadas. La piel entonces se
convierte en causa de "bultos" a la presencia de la fibrina y la
grasa.
Las hierbas, alimentos y especias, que aumentan la actividad fibrinolítica
de la sangre están por lo tanto indicados. Estos incluyen: cayena,
jengibre, piña, y el natto, un alimento tradicional japonés preparado a partir
de soja fermentada.
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